sábado, 18 de diciembre de 2010

La universidad no convierte a una persona en periodista

El reconocido periodista y maestro colombiano Javier Darío Restrepo expresó en una conferencia del Comité Ético  " los periodistas egresados de las universidades luego de pasar 4 o 5 años, no tienen ni idea de lo que es la práctica real. No saben escribir ni siquiera una simple crónica con el estilo debido, no conocen el idioma como se debe, no tienen idea de los códigos escritos que regulan el cotidiano ejercicio, tienen tan poco bagaje de conocimientos que no están en condiciones de enriquecer una noticia".

Manifestó también que "la diferencia entre el periodista formado profesionalmente y el empírico, o “el periodista ciudadano” que promueve Internet, tiene que hacerse notar por la calidad de su trabajo y no por el diploma de graduación. Si el trabajo que habitualmente hace el periodista, puede ser producido con la misma solvencia por personas que no han pasado por la universidad ni por las redacciones de los medios, eso significa que el periodista puede ser reemplazado por cualquiera y que su rango profesional perdió toda su importancia. Por tanto la pregunta es si existe una forma de ejercer el  periodismo que, por su calidad, no pueda ser reemplazada por el empírico. El periodista se convierte en tal, cuando es reconocido por sus colegas más experimentados y capaces, y ninguna universidad puede suplir ni superar dicha aprobación.

Es importante destacar:
A un buen periodista no lo reemplaza un periodista ciudadano, no solo porque el profesional maneja unas técnicas, sino y sobre todo, porque es dueño de unos principios y actitudes que no son comunes a todos los ciudadanos y que singularizan al profesional periodista: su rigor para comprobar la verdad de los hechos; su independencia y rechazo de toda presión cuando se trata de informar, y su pasión por servir los intereses de todos por medio de la información. Estas son las señales de identidad profesional, que no se pueden improvisar y que convierten al periodista en un profesional irreemplazable. Internet y las brigadas de periodistas ciudadanos están dejando al descubierto las debilidades del periodismo profesional a tal punto que “cualquiera  puede ejercer el periodismo” según la percepción más extendida, y están planteando el reto de un periodismo de tan alta calidad y tan necesario, que solo podrá ser hecho por profesionales.

Antecedentes:
El periodismo es una pasión insaciable que solo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no la haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a morir por eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, y no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente. Gabriel García Márquez: Periodismo, el mejor oficio del mundo. Discurso en Asamblea de la SIP, Los Ángeles, Estados Unidos, 07-10-96

Papel de las Universidades:
Muchas universidades que "enseñan" periodismo, tienen a cargo de dicha carrera a profesionales de otras actividades y que jamás pisaron un medio. Rellenan la carrera con materias cuyo título parecería que se aproxima en algo a lo que le serviría a un futuro periodista, pero luego se descubre que las mismas son dictadas por otros personajes que tampoco tienen idea de lo que es un medio. Y aquellos que tienen las materias específicas como podría ser "Periodismo 1", "Periodismo 2", etc., divagan con teorías que están lejos de la realidad, y con prácticas más parecidas a chicos que quieren jugar al periodismo.

Pero las universidades con su imbécil solemnidad impresionan a sus jóvenes alumnos con teorías tan mentirosas como impracticables. Entonces egresan convencidos de que son dueños de la verdadera fórmula para ejercer el periodismo, y cuando ingresan a un medio los periodistas experimentados y veteranos que realmente saben, se decepcionan con el producto que "fabricó" la universidad. Estos egresados chocan con la pared de la realidad, se dan cuenta que nada aprendieron, y realmente comienzan a aprender el ejercicio cuando comienzan a trabajar.

Los Alumnos:
Los alumnos creen que son servidores públicos  que son los paladines de la justicia, que la libertad de prensa debe estar por sobre todos y cualquier cosa. Pero no le dicen que cuando entran a un medio, lo que hacen es convertirse en empleados de un dueño o una sociedad que lo que quieren es ganar plata y que si fuese necesario, para dichos propietarios, no van a publicar una información que sea contraria a los intereses de la empresa. Además, por dichos intereses, si tuvieran que publicar algo conveniente, lo van a hacer.

Los dueños de los medios:
Lo que debe hacer el empleado-periodista es escribir lo que al dueño se le ocurra, en el estilo que se le antoje y publicarlo cuando le plazca o convenga. Los dueños están en todo su derecho de hacerlo, precisamente porque son los dueños. Aunque en actos públicos en sus discursos hablen de la libertad, de la transparencia, del servicio a la comunidad, de la verdad, y con un tono que parezca que son filántropos del periodismo y de la información, aunque digan que están para servir a la comunidad, siempre tendrán prioridad sus ganancias. Y esto es legítimo, legal, justo y real. Nadie puede obligar a un medio a que publique algo que sus dueños no quieran, como tampoco nadie puede pretender impedir que un medio publique lo que quiera. Obviamente, todo esto ocurre dentro del marco de las leyes.

Para los que inician la carrera del periodismo:
Los únicos egresados que demuestran saber, son aquellos que junto con estudiar están trabajando en un medio. Pero su capacidad será  producto de su trabajo cotidiano y no de su paso por la facultad. Además el mismo ambiente periodístico tiene sus propios anticuerpos para protegerse de los incapaces, ya sean universitarios o hechos a fuerza del trabajo, y se purga solo. El que sirve sobrevivirá haya o no pasado por la universidad.
Siempre es útil para un periodista todo tipo de conocimiento, y la universidad sólo sirve para eso, recibir conocimientos que en algún momento podrían ser útiles, pero, insisto, nada tienen que ver con el ejercicio, la técnica y los códigos no escritos que se aplican cotidianamente por parte de los periodistas de verdad que no necesitan de un  diploma para sentirse y ser tales, excepto para aquellos que creen que socialmente tendrán status colgando un diploma y poniendo en su tarjeta de presentación que son egresados de una universidad con el grado de licenciados.

Las universidades hacen su negocio, y los estudiantes pagan la cuota, pero las casas de estudios no forman periodistas, simplemente venden un producto nada tiene que ver la forma en que los medios fabrican su propio producto: noticias.

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